APRENDER DEL PASADO
Esta bien, amigo Pelillo, recojo el guante que me dejas a proposito de mis artículos sobre futuro. Me dio que pensar, y tiré de emeroteca, y tachán!!! me encuentro una tribuna que publiqué hace unos años, la friolera de 5 años, nada más y nada menos, a proposito de la entrevista que hice al recientemente fallecido profesor D.Fabián Estapé. Y me di cuenta, que a pesar del título, tenia mucho de vigente, y pensé, porqué no colgarla aquí. Pues eso, que aquí está y con vuestro permiso, sin tocar ni una coma, pues sorprendentemente, y con los años que tiene, no puede ser más actual...
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APRENDER DEL PASADO
Creo que no es la primera vez que mencionó ese refrán español que dice: sabe más el diablo por viejo que por diablo, y desde luego me reafirmo más en mi creencia, después de la entrevista que tuve el honor de hacer al Profesor D. Fabián Estapé en estos días.
Para quienes no le conozcan, les diré, que además de ser un anciano eternamente joven, enérgico y con una agilidad mental impropia de su edad, se trata de uno de los Economistas con más prestigio de la historia contemporánea de nuestro país.
Pues bien, he pensado, que sería injusto que la clase magistral recibida a lo largo de un par de horas de charla, quedase enclaustrada entre las páginas de una revista, que aun realizada con gran esfuerzo y cariño llega a muy pocos lectores, y por ello he querido compartir con ustedes algunas de las enseñanzas y chanzas, porqué no, con las que me regaló D. Fabián en ese tiempo, y que como él mismo afirmó era útiles para afilar el pensamiento.
No me llamó la atención que este economista de renombre, hubiese estudiado Derecho como hizo servidora, sino los motivos que confiesa; - es la historia del Derecho la que le lleva a la Economía en primer término.
Al llegar a este punto de la entrevista no puedo evitar preguntarle por esa maldita costumbre que tienen los políticos de repetir los errores del pasado, y me cita a Schumpeter quién siempre dice que el déficit más grande que encuentra en sus estudiantes es el histórico. Y no le basta con esto, sino que me desafía para que afile de nuevo mi mente con la siguiente frase, - ¿Acaso no sabes que solo las ostras enfermas dan perlas?.
Y se enfada, pensando en algunos de los historiadores más leídos, que prefiero no citar, aunque el no tuviera reparo en hacerlo. Opina de ellos que nos cuentan una pésima historia y está de acuerdo en que debemos utilizar la memoria histórica como instrumento para resolver conflictos actuales, y no para dividir de nuevo nuestra sociedad mediante viejos fantasmas, como el de las dos Españas tan lejanas ya para quienes hoy rondamos la treintena.
La conversación avanza zigzagueando por unos y otros temas, y de pronto siento que echo de menos las clases de algunos de mis profesores de la Facultad de Derecho. Me recrimino haber desaprovechado minutos, horas y días en los que Catedráticos betustos nos aburrían con sus historias que no podían encontrarse en los manuales, esos en los que, tontos de nosotros, tanto interés teníamos. Pensábamos que nos bastaban sus contenidos para aprobar los exámenes, que a fin de cuentas era de lo que se trataba. ¡Qué jóvenes e ignorantes éramos en esos primeros años de Universidad! E intento recordar aquella frase, con la que D.Fernando Arbizu iniciaba la lección sobre los Reyes Católicos que decía…, “los Reyes Católicos, que no eran tan católicos como decían…”, y me encabrono por no haber prestado más atención, y me muero por saber como continuaba aquella historia de la Historia.
Otra vez tenía razón el Profesor Estapé cuando citaba a Flores de Lemos, que decía aquello de: una cosa son los manuales y otra los pedales.
Sin querer me acuerdo también de otro hueso de mis años en la Facultad de Derecho, D. Jose Mª García,Catedrático de Derecho Romano. – Hace mucho que no le llamo- me digo, y me viene a la mente, un regalo muy especial que me hizó : su tesina sobre “El préstamo y la usura en el mediterráneo Antiguo”. - Historietas de romanos, griegos y egipcios- pensarán algunos….Pues no señor, el escrito tiene tanta actualidad, que podría uno caerse de espaldas de la impresión.
Me alegro de conservarlo, y me alegro sobre todo de no haber perdido el contacto con algunos de los viejos profesores . Alguien esperará que diga lo de viejos con perdón, pero de eso nada. Ya está bien de utilizar términos políticamente correctos, de olvidar que en todas las sociedades, los viejos eran los sabios y se les consultaba antes de tomar decisiones…De vez en cuando, quiero poder disfrutar de una charla con un viejo, anciano, mayor o como ustedes quieran llamarlo, que me cuente su visión de las cosas y me de consejo desde su experiencia y conocimiento. Quiero saber cuales fueron sus errores para no cometer los mismos y creo que esto debiera hacerse por parte de nuestras empresas, en muchas de las cuales, parece que la máxima que las preside es: si no se es joven, no se vale.
No nos engañemos, si buena parte de las ciencias se basan en lo empírico. (Etimológicamente, empírico procede del griego “empeiricos” (¡vaya, parece que la historia nos sirve para algo otra vez!) y significa: “experimentado” , que ejerce una profesión u oficio por experiencia sin estudios). ¿Qué pasaría si de nuevo conciliamos ciencia (estudios/juventud), y experiencia en nuestras empresas, en nuestros gobiernos y por qué no, también en nuestras vidas?. Como me dijeron a mi alguna vez, ahí les dejo la pregunta para que afilen sus mentes…