PEDRO Y EL EBOLA
Ayer por la noche, cuando ya me iba a acostar y cogí mi móvil para poner la alarma, si yo también soy de las que utiliza el teléfono más para cualquier otra cosa que para llamar a nadie, me encontré con una intensa actividad en el chat de la familia, ya saben, ese que casi todos hemos sido incluidos a través de nuestro Whats App en alguna reunión familiar, cumpleaños o momentos varios de exaltación de los vínculos de sangre. Ese chat que en general se utiliza para felicitar los cumpleaños, colgar la última viñeta chorra que pulula por la red, o cualquier otra cuestión intrascendente que se nos ocurra en caso de aburrimiento.
También es verdad que en el caso de mi familia, al ser bastante exenta, de vez en cuando, aunque las menos, suele surgir algún rifi rafe por motivo político o futbolístico.
Reconozco que en general no le suelo prestar mucha atención salvo que algo me sorprenda de manera especial, y desde luego, ayer fue uno de esos días en los que me quedé a cuadros cuando vi la cantidad y extensión de los mensajes que se sucedían. Y es que después de varios días de tomarse a chufla el tema del ébola, algo muy español por otra parte (me refiero a lo de hacer chiste de todo, todo todo…), parece ser que llegó el momento de las reflexiones en serio, pero tristemente, al igual que he visto en la mayoría de los medios de comunicación que tratan las consecuencias de esta terrible enfermedad, la cuestión derivó inevitablemente, hacia el ámbito político. Que si dimisión de la Bañez, o de Raroy o de la madre que los pario a todos, que si tu defiendes que traigan a los sacerdotes porque eres de tal partido con carné y foto, o que si yo mas porque tengo hijos o mi madre o mi tía trabaja en un hospital.
Pensé que en vez de “el chat Ibáñez”, era un meeting marciano, y desde luego, preferí no pronunciarme. Cualquiera se atrevía con la que estaba cayendo… Sin embargo hoy por la mañana, después de reflexionar sobre el asunto, me he dado cuenta que esos mensajes, no eran más que un puro reflejo del sentir de la calle, y sobre todo, de como todo lo que se disfraza con el papel, iba a decir celofán, pero más bien diría, con el papel de periódico sucio de la política, queda inmediatamente desvirtuado y alejado de la realidad.
Verán, no soy yo de las personas complacientes consigo misma y mucho menos con los demás, y en el asunto que me ocupa, creo que nadie debe permanecer al margen, pero sinceramente, estoy absolutamente perdida en este tema. Periódicamente, oigo hablar de pandemias de posibles proporciones bíblicas que pueden arrasar la humanidad: el SIDA, la gripe aviar, la gripe A… y tras varias dimisiones, chistes de dudoso y gusto, y desgraciadamente, algunas víctimas que al final son quienes realmente llevan la peor parte, siempre terminan igual: con una patente farmacéutica millonaria que pone sus acciones por las nubes y por fin la llegada del antídoto o la vacuna para el grueso de la población , y por supuesto unos cuantos grandes titulares en la basura.
Yo no voy a juzgar si estuvo bien o mal traer a España a los religiosos contagiados de ébola, no es una cuestión religiosa ni política, ni siquiera de humanidad, pues en primer lugar, ¿Qué respuesta hubiéramos dado si quien se encontrase a miles de kilómetros fuese nuestro padre y hubiese una mínima posibilidad de que saliera adelante en nuestro país?. Puede que esto suene a religión, pero, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y en segundo lugar porque ¿Quién demonios se ve con capacidad de poner puertas al campo? ¿Hay alguien tan ingenuo como para pensar que antes o después alguien, en barco, avión o patera, no traería el virus a nuestro país.
Yo no quiero lamentos, ni dimisiones, ni recriminaciones, quiero información. Quiero información veraz, contrastada y útil. No sé si las estimaciones de 17.000 contagios a nivel mundial hasta Enero de 2015, son muchas o pocas. Quiero saber si hay algo que pueda hacer para protegerme a mí y a mi familia. Yo también tengo un hijo, y un marido que cada día ve innumerables pacientes con síntomas de fatiga y fiebre.
Quiero saber si realmente hay una investigación seria en marcha, si el suero que tienen los americanos es eficaz y se puede producir a gran escala.
Quiero saber por qué hay personas que llevan años trabajando en contacto directo con este virus y no se han infectado y otras, como parece ser que ocurrió con la auxiliar de Madrid se contagió por un mero roce con el exterior de su traje protector.
Quiero que seamos serios y responsables, pues cuando las cosas se ponen feas, la historia nos enseña que los supervivientes, no siempre son los más fuertes, sino que a veces son los más audaces, los que son coherentes, o simplemente, aquellos que tienen más suerte.
En fin, que espero que dentro de un año, como tantas veces, de nuevo, este lobo, disfrazado con piel de ébola, no baje a la montaña, pues después de tanta alarma en serie, siento que nos está pasando como a Pedro en aquel cuento en que tanto fingir que viene el lobo, en algún momento, puede que este nos atrape sin que nadie a nuestro alrededor nos crea.