Deep blue
Hace unos días me permití el lujo de descender a 30 metros bajo el Océano Atlantico para llevar de vuelta a casa a estas 3 preciosidades. Sin ellas desaparecerían las playas blancas...
Un placer visitar su hogar. Un verdadero regalo para todos los sentidos.
Bucear o volar, planear más bien, o sentirse suspendido en estado semigravitatorio, envuelto en azules aguas saladas, sintiendo la compañia del mar.
Escuchar solo tu respiración y las burbujas que expulsa tu regulador y ascienden hasta la superficie, despacio, muy despacio. Sentir el movimiento de las olas y las algas, dejarse mecer por las corrientes, y disfrutar del momento, aislado de todo por un oceano de agua.
Solo quería que lo sintiesen conmigo, el instante en que como decia aquella bella poesía de Ramón San Pedro:
...mi cuerpo no es ya mi cuerpo...
es como penetrar al centro del universo,
mas adentro, mas adentro,
hasta el mas alla del todo,
por la sangre y por los huesos,
pero me despierto siempre y
quiero estar muerto,
para seguir con mi mirada,
enredada en tus cabellos.
Y al sentir ese lugar como suyo, como mío, que sean conscientes de que debe ser respetado.
Por ello, como les decia hice regresar esta tres maravillas de caracolas con su ermitaño en las entrañas, a ese lugar en el fondo del Oceano Atlantico q según me dijo un amigo, llama Deep Blue.
Feliz final de verano... Feliz otoño...
http://www.youtube.com/watch?v=WXJe20NvJtQ