relatos cortos
CARTA A UN PAJEAquella tarde hacia frio, como tantas otras, pues el invierno no es clemente en nuestra ciudad. Te hallabas junto a la estufa, dejando que acabase el día, triste, sin esperanza. Pero alli estaba yo, para darte guerra, y obligarte a creer en la ilusión de que podria llegar un dia mejor. Dificil tarea, ponerse en tu pellejo, pero no queria verte rendido. Se acercaba la Navidad y te propuse hacer de paje de sus Majestades de Oriente para mi hijo y otros amiguitos que esa noche de Reyes se celebraria en mi casa, y como siempre que te pedí algo el SI, fue inmediato.
Deep blueHace unos días me permití el lujo de descender a 30 metros bajo el Océano Atlantico para llevar de vuelta a casa a estas 3 preciosidades. Sin ellas desaparecerían las playas blancas... Un placer visitar su hogar. Un verdadero regalo para todos los sentidos. Bucear o volar, planear más bien, o sentirse suspendido en estado semigravitatorio, envuelto en azules aguas saladas, sintiendo la compañia del mar. Escuchar solo tu respiración y las burbujas que expulsa tu regulador y ascienden hasta la superficie, despacio, muy despacio. Sentir el movimiento de las olas y las algas, dejarse mecer por las corrientes, y disfrutar del momento, aislado de todo por un oceano de agua.
A TRES METROS BAJO EL CIELO. In memorianExisten un lugar en León, donde hace unos pocos años, llegar a su corazón era una proeza que pocos hombres conseguían, por ello, quienes allí habitaban, lo hacían en una especie de ostracismo, alejados de la civilización en siglos, en vez de en kilómetros. Sin embargo, por alguna razón, la naturaleza, decidió regalar a ese lugar, casi insignificante en medio del planeta, un recurso muy especial, que durante años estuvo latente en el interior de sus montañas. Existe un lugar en León, en el que sus habitantes, escriben esfuerzo con mayúsculas, en el que el sol brilla con especial violencia en verano, y el invierno es más duro que en cualquier otro, pero eso solo supone un reto diario más y fortaleza para superarse a quienes lo soportan, por eso, cuando en la capital se gozaban ya de cosas que hoy es impensable prescindir, como el agua corriente, unos hombres se pusieron de acuerdo para llevar el primer toro que cubriese a sus vacas, hasta ese remoto lugar en medio de la Cabrera. Tres hombres atravesaron las montañas que les separaban de la zona de Sanabria, a pie, y del mismo modo, regresaron con ese semental que durante años guardaron en la casa del pueblo y les dio riqueza, y les permitió no depender de otros para preñar a sus vacas.
EL POZO DE LOS DESEOSSon muchas las fuentes, que entre unos y otros, tras la Fontana de Trevi, se han inventado como pozos de deseos, para que los turistas lancen sus monedas al agua, y los funcionarios de turno, lejos de encomendar dichos tributos a la diosa fortuna o vaya a saber que gracioso espíritu tiene a bien conceder los anhelos pedidos, terminan recogiéndolas con un escobón, y bastante esfuerzo, para que no se atasquen los desagües de las fuentes y los bordes de las mismas acaben oxidados por el efectos del agua sobre el vil metal. Sin embargo, existe un pozo en Gijón, frente al Palacio de Cimadevilla al que yo guardo especial cariño. Y se preguntarán por qué después de tan escéptico inicio. Pues muy sencillo, un buen día, paseando por la zona con mi hijo, se acercó a él, y me pregunto si era un poco de los deseos. –Por supuesto- le dije yo, pues ya saben de mi afición a despertar la imaginación de los niños con todo tipo de historias y especialmente las que acercan naturaleza y seres mitológicos a lo humano.
La tela de arañaNuestra vida está llena de decisiones, cada día, cada momento, debemos elegir. Es cierto, que no todas tienen la misma trascendencia, pero hay algunas que marcan nuestra vida. Cada error, nos enseña algo, y nos ayuda a tomar mejor la siguiente elección. Estos días, he pensado mucho en una frase a menudo repetida, pero sobre la que se reflexiona pocas veces: la familia en la que naces, es la que te toca, pero la que tu construyes y tus amigos, los eliges tu. Es verdad. Y al cabo de los años, te das cuenta de lo importante que es hacer esto bien. Creo, que la familia, son los pilares de nuestra vida, algo así como el hueco que elige la araña para sujetar su tela, el que encuentra o simplemente el que está a su alcance. Sin embargo, como este animal, las personas elegimos qué tipo de tela tejemos, o como la orientamos, para resolver nuestras vidas. Esa tela, es como los amigos que hay en nuestra vida, frágil y a la vez resistente, cuando se trabaja a conciencia. En el centro, los hilos están muy juntos, casi cuesta distinguir las formas, pero a medida que se alejan del núcleo, toman distancia entre ellos. Eso no significa que estén más lejos, simplemente deben ser así. A menudo, lo pasamos por alto, somos lo suficientemente arrogantes, como para creer que no necesitamos a nadie, pero cuando llegan momentos difíciles, es cuando se pone a prueba su resistencia. Es cuando verdaderamente sentimos que estamos arropados por esa extraña seda, tan sutil, transparente, algunas veces, casi invisible para el ojo humano, salvo cuando la observamos al trasluz, o una gota de rocío, o un insecto queda atrapado en ella.
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